A MI PEQUEÑA:
Querida hija, hoy hace un año que llegaste a nuestras vidas, y aún siendo tan pequeñita ya la has llenado de alegría, ilusión y de un AMOR tan grande que no se puede describir..... Solo puedo darte las GRACIAS, por tus sonrisas, por tus miradas, por hacerme descubrir el mundo de nuevo, por darme una razón para vivir.... Gracias por ser mía y por llenar tu rostro de ilusión cada vez que me ves entrar, por tirarte a mis brazos sin vacilar, por confiar en mí... Gracias a ti también ha crecido un amor más grande, si cabe, hacia mi MADRE, hacia la persona que me dió la vida, y que la daría por mí sin dudarlo, de la misma forma que yo lo haría por tí. Irene es un nombre que llena mi alma, eres tan bonita.... Eras tan pequeñita cuando te pude coger por primera vez que sentí miedo, eras tan frágil que deseaba que pasara el tiempo para que te hicieras más fuerte, y ahora... después de un año te miro y me parece increíble que fueras aquella bebé tan pequeñita. Siendo tan pequeña eres el regalo más grande que me ha dado la vida, el mejor regalo que Papá y Mamá podían recibir, el AMOR que nació del AMOR. Espero poder darte tanto como me das tú a mí. Gracias Irene. Te quiere, mamá.